TERAPIA CON ACEITES: Posibles oportunidades terapéuticas con aceites de CBD.

Sigue existiendo un gran interés en el desarrollo de terapias y otros productos de consumo derivados del cannabis y sus componentes, incluido el cannabidiol (CBD). Este compuesto químico se encuentra de forma natural en la cannabis sativa, una especie de planta que incluye tanto las plantas de cannabis como de cáñamo. La principal diferencia entre las dos plantas es que el cáñamo contiene cantidades más altas de CBD que de THC, el principal compuesto psicoactivo del cannabis, mientras que las plantas de cannabis contienen cantidades más altas de THC que de CBD. Técnicamente, el CBD es un cannabinoide psicoactivo, pero cuando se deriva de las plantas de cáñamo, el componente psicoactivo es muy bajo, por lo que los beneficios potenciales, incluida la posibilidad de mitigar los síntomas de depresión y ansiedad, aliviar el dolor y proteger contra algunas enfermedades neurológicas, se pueden obtener sin el «subidón» asociado.

Se están desarrollando un número creciente de procesos para la producción del aceite de CBD, algunos de los cuales están siendo patentados; el primer paso común es la extracción. La extracción con etanol y CO2 son probablemente dos de los métodos más utilizados para aislar el aceite. En estos procesos, las hojas/flores se maceran y se colocan en disolventes, como el etanol, o a una temperatura más baja con CO2 para extraer los componentes de la planta.

Debido a que muchos otros componentes de la planta se pueden extraer conjuntamente con los cannabinoides, estos contaminantes se pueden eliminar mediante un tratamiento conocido como «preparación para el invierno», un proceso de extracción a una temperatura de —20 a —80 °C durante 24 a 48 horas. Los componentes como las ceras, los triglicéridos y la clorofila se «solidifican» y luego pueden eliminarse mediante filtración. Dado que estos materiales aún pueden deformarse, una construcción compuesta, como el filtro de la serie QXL, es eficaz para capturar estas partículas.

Además, se ha descubierto que el filtro de la serie GFC es eficaz en la eliminación debido a la carga inherente del medio de vidrio (los materiales biológicos tienden a cargarse negativamente, por lo que el vidrio cargado positivamente funciona bien). Una vez aislados los cannabidioles, se puede llevar a cabo una mayor purificación mediante intercambio iónico, reacciones químicas basadas en ácidos, varios tipos de cromatografía o destilación para producir un producto comercializable.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que mantiene la supervisión regulatoria de los productos consumibles que contienen cáñamo, reconoce lo que el cannabis o los compuestos derivados del cannabis pueden ofrecer y reconoce el gran interés que despiertan estas posibilidades. A medida que la FDA continúa con un proceso de varios años para evaluar los marcos regulatorios que se aplican a ciertos productos derivados del cannabis, los estados han intervenido para proteger la seguridad de los consumidores mediante leyes y reglamentos que rigen la fabricación y venta de productos derivados del CBD. Si bien el Congreso de los Estados Unidos aprobó y promulgó la Ley de Mejora Agrícola, que eliminó el cáñamo de la Ley federal de sustancias controladas, legalizando de manera efectiva el CBD si proviene del cáñamo, algunos estados no han eliminado el cáñamo de sus leyes estatales sobre sustancias controladas, por lo que la legalidad de los productos de CBD difiere de un estado a otro.

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